El mercado laboral español se diferencia de la mayoría de los otros países europeos por su menor tasa de actividad y la peor calidad del empleo. En la provincia de León esos datos son aplastantes, de hecho es la segunda provincia del país con menor tasa de actividad (sólo por detrás de Orense) y, a pesar del crecimiento generalizado, en el último año suma una muy abultada pérdida de potenciales trabajadores (14.500 desde 2019) y de ocupados (10.200 sólo en el último año).
Según un informe realizado por Funcas, la capacidad de supervivencia de los hogares en España se diferencia también en un elemento esencial del resto de los países europeos: «Los efectos de esta menor tasa de actividad y peor calidad del empleo sólo se ven atenuados por la composición de los hogares en el país, donde cohabitan un mayor porcentaje de personas en edad de trabajar con mayores ya jubilados».
Los expertos inciden en que son las políticas sociales del Estado del bienestar (rentas garantizadas, ingresos mínimos vitales, prestaciones no contributivas,...) las que sostienen también esta bolsa de pobreza estructural. Creciente, en mayor medida que los ingresos estatales.
